domingo, 24 de enero de 2010

Escucharlo en Panamá.


Desde 1977, cuando sonaba en el radio de mi transporte escolar aquel “Camilo Manrique falleció…Plantación Adentro cámara…”, comenzó mi afición y empatía por el cantante panameño Rubén Blades...recuerdo claramente como pude comprar gracias a mis abuelos ese LP, que representó el inicio de una relación y admiración especial para con Rubén…

El tiempo continuó y logré coleccionar todos sus LP hasta que apareció el CD, época en que tuve que comprar nuevamente algunos en este nuevo formato y mandar con mucha nostalgia y dentro de una caja todos los LP para el maletero.

Cada canción de Rubén Blades, era para mi una historia, una vivencia, una experiencia especial, y a pesar de que escuchaba a otros decir,…”Esa no me Gusta” o “Me quedo solo con 3 canciones del disco…”….a mi si me gustaban y entendía todas.

Como aspecto especial y ustedes saben, siempre Blades o Bleids (como se pronuncia aquí en Panamá) dentro de sus letras incluye frases, palabras y referencias a lugares que uno repetía cantando o hablando…pero que en realidad la mayoría de las veces no se entendía que quería decir, ni se sabía que eran o en donde quedaban…Por ejemplo ese sonoro Ouuuuujaaaa que incluye en muchas de sus canciones, yo particularmente lo tomaba como un sonido propio de RB y como ingrediente a su salsa…pero no es así, ahora viviendo en Panamá y conociendo muchos su música, gente, costumbres e historia entiendo ahora que ese sonido es parte de la música típica panameña y se llama Saloma Y Rubén lo incluye pienso que como para darle ese sentido nacional o identidad a sus creaciones…

Así escuchaba en sus canciones, palabras como: San Miguelito…Bethania…Río Abajo….Esa canción llamada Plaza Herrera…Y siempre las cantaba en Venezuela; pero ahora que estoy en Panamá y conocí Plaza Herrera…la canción toma un significado con forma, olor y color…A San Miguelito ya lo conozco.

Hoy en el 2010, que diferente y magnifico es escuchar las canciones de Rubén Blades…caminando por Río Abajo, viendo El Chorrillo desde el carro o conversando con un Busero panameño…hay que vivirlo.