A eso se le llama una transfusión musical…
Se escuchó el “Cam bur pin tón” de las 4 cuerdas,
Y comenzó la transferencia de notas y cultura,
pintándonos el corazón de tricolor, de Patria pura,
al momento que una doña decía “Esa es nuestra canción…te
acuerdas”.
De una vez la bella Rossana Chacón saltó desde la
izquierda,
dando una bienvenida cálida como lo hacía en televisión.
Que sin dejarnos espabilar, nos trajo a la hija del Tío
Simón,
sí, allí estaba Bettsimar, haciéndonos sentir como en
casa,
echando cuentos de su papá, que no los sabe ni la
enciclopedia epasa.
como algunos de Barbacoas y hasta lo de su singular educación
El ambiente musical que allí reinaba no tenía comparación,
al fondo y a un lado del escenario los de Venezuela
EnCanto,
y al otro costado los de la Camerata Panamá, les adelanto,
todos de blanco, rostros iluminados y gargantas en
entonación,
acompañando primero a Karla que entonó boleros y otra
canción.
De pronto esa sonda que estaba bien clavada en nuestras
venas
empezó a abombarse porque se escuchó “Sabana” en escena
y puedo asegurarles que a todos se nos erizó la cabellera
cuando Nurmi, nos paseó por la laguna y las palmeras
para que sintiéramos bien el legado de Simón para
Venezuela
Atrás Eduardo Guía y adelante Victor de apellido Mata
maestros viendo muy bien que las plaquetas y hematíes
nos quedaran repotenciados y más nunca se vacíen
mientras arriba, el Juan de Nazoa con la luna se retrata.
Ya sentíamos a Simón al lado y en alpargatas
Cuatro en mano, con su pinta de llanero
Diciendo ¡Caracha Negro! y moviendo el sombrero
”Desde aquí con Hugo Blanco y en el super bloque
les doy las gracias por este bello toque…”
Que todos esperamos sea de muchos el primero.
Y la voz de Zoila nos dijo Todo ese Campo es Mío,
mientras Lucía nos mostraba un Simón navideño,
Rafael nos cantó un Alcaravan de porte aguileño,
y Camerata con Zulma, arreó al famoso Becerrito del Tío.
Yo no sé si en aquel ateneo hacía calor o frío,
Lo que sí sé, es que el clima de amistad era ideal,
panameños y venezolanos cantando por igual,
aquellas tonadas, pasajes, golpes y joropos,
al ritmo de Ricardo y Yovani con su chopo,
que al tocarlo le daba un porte muy intelectual.
Se escuchó entonces el relinchar del Caballo Viejo,
algunos aplaudieron y otros tristes se mostraron,
porque ya el conteo de sangre y emociones bajaron,
ante aquella letra de profundo y claro consejo,
que decía: Señores adiós, hasta aquí llegó el festejo.
Y en realidad afirmo, que no nos podemos quejar,
porque el bien producido tributo a Simón, nos hizo llorar.
Esperemos ahora lo que suceda durante o después del 1ro
porque el Caimán como a Mercedes nos quiere comer enteros
así que como dijo Simón Díaz, El Diablo anda Suelto y
lo debemos apresar.
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