viernes, 18 de mayo de 2007

LA ORQUÍDEA QUE SE PUSO GRIS


Había una vez una niña que era muy linda y feliz, siempre sonreía y se paseaba por la vida con mucho optimismo. Un día esta bella niña comenzó a sentirse mal, con malestar general y un poco de fiebre, le dolía la cabeza. Ella pensó que era un resfriado y su mamá le preparó una Limonada para que se curará pronto.

Resultó que a la niña no se le pasó el malestar sino que empeoró, con mayor fiebre y estornudos; tanto que su mamá decidió llevarla a casa del doctor del pueblo, cuando llegó al consultorio se encontró con otra persona, era el Dr. Rafael Frías, (RF) doctor que acababa de llegar al vecindario y estaba reemplazando sin que ella supiera porque, al doctor que tenía 40 años atendiendo y curando a la gente de por allí . El doctor Frías, examinó a la niña y le dijo a su madre que tenía la cura para ella, ya que de acuerdo a los síntomas observados, la solución la conocía muy bien, porque el venía de estudiar precisamente ese tipo de enfermedades, así que para solucionar el problema debía hospitalizarla de una vez.

La niña un poco triste pero esperanzada en mejorarse se ubicó en una habitación. Ese mismo día el Dr. R.F inició el tratamiento con la niña, primero con una charla sobre la enfermedad, charla que a la niña le hizo sentir, como que el cambio de doctor era necesario, ya que este médico hablaba como ella y lo podía entender y sobretodo por la confianza que transmitía. Esa misma tarde el doctor le prohibió de un solo golpe a Orquídea, así se llamaba la niña, todos los dulces y refrescos, según R. F este tipo de placeres causaba problemas y retardaba la cura. Orquídea sufrió mucho durante la 1ra semana, lloraba y se quejaba porque quería sus dulces, en las noches soñaba con grandes fuentes de refresco, pero se despertaba y no había nada. Ya pasados 15 días se fue acostumbrando y ya los dulces no le hacían falta, a pesar de que su malestar físico no daba mejoras.

El doctor le decía que tuviera paciencia, que todo era psicológico que el la curaría y sería una niña nueva... que creyera en el. Ya pasadas tres semanas, la niña estornudaba menos, pero era porque no tenía fuerzas, ya que el Dr. R.F le suprimió de su comida todo tipo de carne, frutas y hasta la leche entera y pobrecita, ella estaba mas débil. Una de las enfermeras un día le dio a escondidas un Chocolate, a Orquídea se le iluminaron los ojos, sonrío, estaba feliz y agarró fuerzas, pero fue alegría de tísico, ya que al poco rato estaba otra vez acostada y sin fuerzas.

Los familiares y vecinos de la niña la visitaban y preocupados hablaban con el doctor, este les decía que la niña estaba mejorando y que todo esto que estaba pasando era parte del tratamiento que no se alarmaran, les hablaba y a su vez repartía su tarjeta a todos por si querían tratarse con el.

Antes de cumplir el mes de hospitalizada, R.F le dijo a la niña que de ahora en adelante, comenzaba la 2da etapa del tratamiento que no se preocupara que le iban a colocar en la cabeza y en su corazón unos electrodos para monitorear el funcionamiento de estos órganos; a su vez le trajo unos cuentos cuyas hojas eran grises, con ilustraciones negras y rojas y en cuyas caras no había alegría, eran cuentos como de terror.


El tratamiento de los electrodos duró 5 días, al finalizar Orquídea se sentía mejor, solo que sus pensamientos y corazón estaban como limitados, es decir, ya no pensaba en jugar, disfrutar, pasear, comer rico, y lo peor trataba de reírse y no podía, solo y de manera inexpresiva, esbozaba alguna sonrisa cuando estaba en presencia del doctor Frías.

Durante este segundo mes, aquella niña Orquídea, que una vez llegó levemente enferma pero muy, muy alegre, era otra, parecía una autómata, estaba curada pero su nueva enfermedad, era ahora, ese modo frío de mirar, esa insensibilidad a su entorno, esa indiferencia ante lo bello de la vida....El doctor contento con su resultado, le dio de alta, la madre se llevó su hija a la casa. Orquídea al entrar a su cuarto le dijo a su mamá que la dejara sola..se acostó en su cama y viendo sus muñecas, afiches y demás cosas lindas que adornaban su cuarto, sintió como se le aguaban los ojos, trató de levantarse pero no pudo, ya la niña feliz no tenía voluntad....Ya era Tarde...todo se puso GRIS...

Venezolanos despertemos y mantengamos nuestra Orquídea viva, libre...con su mejor color.

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