12 del mediodía, estoy en la fila de una reconocida farmacia para pagar algunas cosas. Hora de almuerzo y tengo detrás de mí una serpiente de personas que esperan para cancelar, la mayoría con galleticas y chocolates para su postre y unos pocos con artículos en oferta…Mi turno para pagar, coloco sobre el mueble frente a la cajera, un frasco de multivitamínicos y tres cosas mas.
La muchacha saca la cuenta y yo por mi parte, saco de mi cartera un reluciente billete de 100 dólares…la escena se detiene, ambos tocando el billete y mirándonos fijamente a los ojos, yo como diciendo “Acéptalo que no es falso” y ella con mirada de trabajadora de peaje respondiendo, “Que fastidio otro billete de a 100”.
La persona que me sigue en la fila, molesta o resignada, resopla fuerte y la escena inmediatamente vuelve a andar; la cajera estira su cuello cual garza llanera y gira la cara hacia todos lados buscando salvación. Con sigilo desplaza su mano debajo del mueble de la caja y activa una chicharra alarma, que hace que todo el mundo se fije en mi, que ya para ese momento me siento como El Toro durante su audiencia…
Miro hacia la fila como buscando comprensión, pero que va, todas las miradas eran crucificantes. Aparece la
supervisora, con un traje que más que la jefe, parecía la inquisidora del local…”Estooo me da su cédula o pasaporte”...Todos atentos esperaban para ver que contestaba yo; saqué mi identificación; ella la observó, me vio la cara nuevamente y con un gesto de emperador romano, levantó su dedo gordo hacia el cenit, mientras con su cabeza afirmaba viendo a la cajera.
Todos en la fila, cambiaron la cara y hasta una picada de ojos recibí. Bueno ya está todo listo...pero que iluso fui. La cajera tomo el billete y lo levantó hacia arriba, buscando no sé que, lo bajó y volvió a meter la mano debajo del mueble…¡Coooño la chicharra otra vez¡ dije; pero no, ella sacó un cuadernito tipo Alpes, lo abrió y comenzó a anotar en una especie de formato hecho con bolígrafo y regla, todos mis datos y todos los numeritos que tenía el billete. Yo ya sudando, pensaba en un Rayo mientras veía la imagen sapiente de Benjamín Franklin
Pasados como 12 minutos, la gente de la fila ya había adelantado su postre…en solidaridad, abrí el pote de vitaminas y me lance 2 pepas de esas, tomando a su vez aire para esperar mi cambio…Así que ya saben para Pagar y no Sufrir, es mucho mejor con Sencillo Salir…
La muchacha saca la cuenta y yo por mi parte, saco de mi cartera un reluciente billete de 100 dólares…la escena se detiene, ambos tocando el billete y mirándonos fijamente a los ojos, yo como diciendo “Acéptalo que no es falso” y ella con mirada de trabajadora de peaje respondiendo, “Que fastidio otro billete de a 100”.
La persona que me sigue en la fila, molesta o resignada, resopla fuerte y la escena inmediatamente vuelve a andar; la cajera estira su cuello cual garza llanera y gira la cara hacia todos lados buscando salvación. Con sigilo desplaza su mano debajo del mueble de la caja y activa una chicharra alarma, que hace que todo el mundo se fije en mi, que ya para ese momento me siento como El Toro durante su audiencia…
Miro hacia la fila como buscando comprensión, pero que va, todas las miradas eran crucificantes. Aparece la
supervisora, con un traje que más que la jefe, parecía la inquisidora del local…”Estooo me da su cédula o pasaporte”...Todos atentos esperaban para ver que contestaba yo; saqué mi identificación; ella la observó, me vio la cara nuevamente y con un gesto de emperador romano, levantó su dedo gordo hacia el cenit, mientras con su cabeza afirmaba viendo a la cajera.
Todos en la fila, cambiaron la cara y hasta una picada de ojos recibí. Bueno ya está todo listo...pero que iluso fui. La cajera tomo el billete y lo levantó hacia arriba, buscando no sé que, lo bajó y volvió a meter la mano debajo del mueble…¡Coooño la chicharra otra vez¡ dije; pero no, ella sacó un cuadernito tipo Alpes, lo abrió y comenzó a anotar en una especie de formato hecho con bolígrafo y regla, todos mis datos y todos los numeritos que tenía el billete. Yo ya sudando, pensaba en un Rayo mientras veía la imagen sapiente de Benjamín Franklin
Pasados como 12 minutos, la gente de la fila ya había adelantado su postre…en solidaridad, abrí el pote de vitaminas y me lance 2 pepas de esas, tomando a su vez aire para esperar mi cambio…Así que ya saben para Pagar y no Sufrir, es mucho mejor con Sencillo Salir…
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