sábado, 17 de diciembre de 2011

Día(s) de la Madre…

Al empezar a escribir esta crónica, mi madre o viejita que está en Venezuela, no tiene ni idea, de que durante esta semana se celebrará aquí en Panamá, el día de las madres…y menos mal, porque si bien es cierto que “Madre solo hay una…”, celebraciones para las madres venezolanas en Panamá, hay dos.

Así que si usted, amigo varón se vino con su esposa, mamá, suegra y tenía por aquí a la familia venezolana del esposo o novio de su hija… organice su presupuesto, porque tanto en Mayo como en Diciembre, además de preparar algo, le toca aflojar el codo, es decir, comprar regalo(s) en bruto.
-“¡Pero yo soy venezolano y celebro solo en Mayo”…así dicen muchos que se creen machos, pero cuando leen la invitación escarchada que trajo el chamo de su colegio, para el acto de las madres; ven en la T.V el comercial del nieto con los ojos aguados, abrazando a su dulce abuelita o se topan en la ciudad con una valla gigante  que muestra a una bella mujer recibiendo de su esposo, un coche modelo 2012 con tremendo lazo, entonces los machos ya no son muchos…
-“Como estamos en Panamá entonces escojo el 8 de Diciembre”…como no. Y es que cuando se acerque el 2do domingo de mayo y empiecen las llamadas desde y para Venezuela, recordándote que ya viene el día de la Madres y preguntando qué vas a regalar,  yo te quiero ver haciéndote el loco o diciendo por el teléfono,  que se oye lejíiiiiisimo o que no se oye nada.
Amigos y amigas mías no tenemos escapatoria, lo mejor es asumir que a las madres venezolanas residentes o visitantes en Panamá para Diciembre, les sale regalo. Por una parte porque se lo merecen, por otra por las tradiciones, pero mucho mas porque coño, estos baratillos previos al 8 de diciembre son impelables…
Como hijo, nieto, yerno y esposo que soy, me permito brindarle a ustedes hijas e hijos, para que recuerden a su madre y a todas las madres del mundo, el final de un famoso poema de nuestro escritor Aquiles Nazoa, llamado “Mi madre en un pueblito de recuerdos”:

Madre, pequeña fábrica de amor, mansa esposa del Tiempo, milagro de tu carne fue darles forma humana a las tinieblas y recoger la noche en tus entrañas para levantarla como una espiga hacia la aurora.
Yo lo sé, yo lo sé, porque mis ojos, yo lo sé, no han conocido estrellas más suntuosas, ni mañana más claras, ni flores más augustas ni en fin nubes, como las que aprendí desde tu cuerpo a mirar a través de tu mirada.
Así que desempolva tu tarjeta Clave, aguántate un poco en comprarte los tacos Adidas F50 o el estuche de productos  de Estee Lauder y corre ya para el mall que quedan pocos días y si por casualidad vas a comprarle la última Olla de Presión o la Licuadora esa que se prende con la voz, mejor averigua primero lo que de verdad ella  quiere, no vayas a salir como dicen  “con las tablas o mejor dicho con las ollas en la cabeza”

Madres ¡¡¡Feliz Día¡¡¡ y no olviden también que Salario solo hay uno.

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